jueves, 7 de abril de 2016
(Des)enamoramientos
Me miraba como se miran las estrellas en cualquier noche de verano sobre la montaña más alta. Como si no existiera un mañana; como aquella manzana con la que te juegas el paraíso pero te vale la pena comer.
Me quería más que a un cachorro encontrado en la cuneta por un amante de los animales.
Siempre por delante de los minutos de una alarma a punto de sonar.
Mezclamos los conceptos sin sentido, consintiéndonos todo, como nuestra saliba. Y no es suficiente mi sonrisa cuando el silencio empieza a despertar.
Como cuando te aplasta la rutina y no tienes ya tiempo para escapar.
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