domingo, 1 de noviembre de 2015

Old souls.


Se me han congelado las pestañas de tanto mirarme rota sin parpadear.
Aquella tarde lucía una sonrisa y unas flores preciosas que jamás me regalaste tú. 
Había prometido bajarte la luna 365 veces en un año y acabé subiéndome yo 
ella me quería mía  
y tú me tachaste de infiel por eso.

Tengo un miedo oculto que me obstaculiza el andar en mis piernas. Tiene tu movimiento de caderas con una canción cerda de fondo y mis pasos escurridizos intentando seguir el ritmo de tu respiración.
Yo sólo le tenía miedo a que tuvieras miedo conmigo, y a que no creyeras en mi miedo sin ti.

Hasta que un día te fuiste y quedé aterrorizada e inmóvil bajo este techo con menos agujeros de los que hay en mi pecho izquierdo; desde entonces todos los días llueve y estoy tan mojada que no se me distinguen las lágrimas que creaste
por eso te excusas y te declaras inocente.


Cogí un papel liso del color de mis ojos húmedos.
Lo arrugué tanto como a nuestros recuerdos
y escribí con la sangre de mis pánicos diciendo:

Prometo amarme y respetarme siempre
en la luz y en la oscuridad
en la alegría y en la tristeza
en la paz y en la guerra
en todas mis miserias
en todas las luchas internas
cada suspiro
cada impaciencia
todos los días de mi vida

DISPARADME EN LA SIEN
SI NO LO CUMPLO.
Amen(me).

como tú nunca supiste.



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