miércoles, 30 de septiembre de 2015

Con Nombre y Apellidos.



Hoy estoy triste.
Estoy tan triste, que no distingo si es verano o de nuevo invierno ya.
Que te has marchado y las flores se han escondido; han aparecido una vez más los cocodrilos que no me permiten dormir. Se abalanzan sobre mí y me cuesta visualizar de aquí a unos años cuándo podré avanzar.
Y llueve tanto que ni te distingo ya, si es real que apareciste o te esfumaste también con mi otra mitad. Porque hay mañanas que dan ganas de escapar
y yo vivo en una mañana constante.


Creé un monstruo que me cuidaba más que cualquier humano racional. Lo creé y me abrazó hasta que dejé de sollozar, y me enamoré de él como quien se enamora de un manantial (en pleno desierto).

Pero dime de qué cojones sirve, si el tiempo se ha vuelto en mi contra y no consigo volver a atrás. Los minutos pasan y mi monstruo empieza a hambrientar-se. No me queda más que un suspiro y medio corazón con estrías. 

Le dí todo lo demás creyendo que así se iba a tranquilizar, que me iba a abrazar como cuando me lloraban hasta las entrañas. 

Y me equivoqué otra vez, creyendo poder abastecer a quien nada más nacer me gritó que tarde o temprano: me iba a devorar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario