lunes, 12 de octubre de 2015

BILLETES NO DESEADOS.



Si el mundo fuera sometido a 3 minutos de sinceridad absoluta
se iría a la mierda.

Bendita ignorancia que acunas todas las noches protegiéndome de los cuchillos que me lanzan la verdad.
Siempre he vivido empeñada en encontrar a una persona que sea mi escudo
y más que salirme rana, me salió chaleco atrae-balas.


¿Qué se hace cuando no tienes nada que hacer, o más bien, no se puede hacer nada?
Nunca debería haberte abierto las compuertas de mi coraza.
Eres como las termitas que no se ven hasta que no has devorado todo lo que tengo dentro
y para entonces: ya no hay nada que hacer.


Podría haber huido desde el principio y no tuve valor
ni chocolate.
Podría haber abierto los oídos para escuchar todos mis grillos
de la mala suerte.
Podría por dentro, y no habían más opciones: intoxicación o tirarte a la basura
con el corazón en mano de obra.


Y una etiqueta de caducidad ya pasada.


2 comentarios:

  1. No había manera de evitar esa atracción tan insana.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No había, cuánta razón. Y qué bonito suena cuando por fin se habla en pasado.

      Un abrazo

      Eliminar