jueves, 15 de octubre de 2015

Supervivencia 1.115.


Tengo todo eso que nadie quiere escondido en una botella de cristal y cualquiera que la ve sin saber qué guarda dentro, me la quiere robar.

No sabía que te tenía
hasta que me perdí.

El circo no deja de actuar y yo sólo tengo un par de animales que pretendo soltar, porque no los quiero; no son de verdad. Alguien encerrado en una jaula es imposible que pueda permitirse brotar.

El miedo que me acaricia por la espalda cuando no te encuentro es el mismo que me golpea para seguir adelante
cuando
no
te
encuentro
pero te recuerdo.

Me he enamorado de él como quien se enamora de la niña de ojos grises que te coge de la mano sin temor; mientras que tú misma sabes que cualquier monstruo te llamaría 'madre'.
No sé si tomármelo como putada u oportunidad, pero ninguna de las dos cosas será desaprovechada. Pienso ganar.

Estoy sola con mis pensamientos y no sé cómo he podido permitirme perder tantísimo tiempo con tu mierda de compañía. Éstos también me hacen daño, pero por lo menos me dicen la verdad.

Quisiera someterme a un electrocardiograma (como el de hoy) para así mostrarle al mundo cómo queda el pecho cuando ya no tienes nada más que dar. Denunciar tu amor traicionero para que el resto de infelices que se llamen feliz a tu lado, puedan al menos escoger entre el puñal o la herida.
Y es que prefiero mil cicatrices que no lleven tu nombre a tener que ser yo misma la que tenga que autodestruirse como en una ruleta rusa
pero sin oportunidad de fallar.


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