Tengo
todo eso que nadie quiere escondido en una botella de cristal y
cualquiera que la ve sin saber qué guarda dentro, me la quiere
robar.
No
sabía que te tenía
hasta
que me perdí.
El
circo no deja de actuar y yo sólo tengo un par de animales que
pretendo soltar, porque no los quiero; no son de verdad. Alguien
encerrado en una jaula es imposible que pueda permitirse brotar.
El
miedo que me acaricia por la espalda cuando no te encuentro es el
mismo que me golpea para seguir adelante
cuando
no
te
encuentro
pero te recuerdo.
Me
he enamorado de él como quien se enamora de la niña de ojos grises
que te coge de la mano sin temor; mientras que tú misma sabes que
cualquier monstruo te llamaría 'madre'.
No
sé si tomármelo como putada u oportunidad, pero ninguna de las dos
cosas será desaprovechada. Pienso ganar.
Estoy
sola con mis pensamientos y no sé cómo he podido permitirme perder
tantísimo tiempo con tu mierda de compañía. Éstos también me
hacen daño, pero por lo menos me dicen la verdad.
Quisiera
someterme a un electrocardiograma (como el de hoy)
para así mostrarle al mundo cómo queda el pecho cuando ya no tienes
nada más que dar. Denunciar tu amor traicionero para que el resto de
infelices que se llamen feliz a tu lado, puedan al menos escoger
entre el puñal o la herida.
Y
es que prefiero mil cicatrices que no lleven tu nombre a tener que
ser yo misma la que tenga que autodestruirse como en una ruleta rusa
pero sin oportunidad de fallar.
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