Cuando
alguien está entre la vida o la muerte siempre anhela lo que no ha
podido hacer hasta entonces.
No
es mi caso, pero yo habría elegido cruz. Me gusta cargar con ella y
la cara me la han partido demasiadas veces como para hacerle esa
putada una vez más.
Los
pequeños momentos no se miden con billetes de dinero, se miden con
la distancia que hay entre tú y yo
y cada vez es más.
Aún
así me siento completa con lo que tengo y sin lo que me falta.
Afortunada por lo recibido, incluidas las hostias que no supe
esquivar. Desde entonces luzco las cicatrices de ellas con mucho
glamour y poca ropa.
Ahora
ya inmóvil me ayudabas a ponérmela; tú, que tantas noches me
desnudaste.
Contradicción
es mi apellido y por eso digo que te odio y a la vez que no sé vivir
sin ti. Descífralo.
Me
quedan demasiadas noches en vela y pocos barcos con luz en mis vistas
al mar. Estoy perdida, y aún así:
me
basta sólo
con
no
encontrarte.
Sigo
respirando bajo aquella gota que colmó el vaso.
Me encanta. No pares de escribir.
ResponderEliminarGracias preciosa!
ResponderEliminar